Dirigir un proyecto en el trabajo es una gran responsabilidad, por esto, las cualidades necesarias en un líder son muy específicas y, aprovechadas adecuadamente, pueden ser extremadamente útiles y productivas. Sin embargo, esta responsabilidad no viene sin sus dificultades, más aun considerando la naturaleza no presencial de las funciones laborales de nuestra circunstancia social actual.
Sostener interacciones sociales se ha convertido en un verdadero reto, sobre todo en el ámbito laboral, donde la constante interacción, necesidad de comunicación y manejo de tiempos son esenciales para un óptimo desempeño de cara a lograr objetivos satisfactoriamente.
Nuevo reto a superar
Un equipo de trabajo que debe laborar a distancia, necesita reforzar la confianza, su comunicación efectiva, la delegación de funciones y tener un líder que mantenga cohesionado y enfocado al equipo, y en consecuencia, permitiéndoles realizar sus tareas a tiempo y de forma efectiva.
No hay nada más importante para el óptimo desempeño que un líder conozca a su equipo y pueda explotar sus fortalezas. El trabajo no presencial es un nuevo reto que en la actualidad los líderes necesitan superar. Un líder necesita manejar ciertas estrategias de control y soporte para sus colaboradores, de tal manera que el trabajo se realice de forma armónica y eficiente.
Ahora bien, el hecho de que los integrantes del equipo no están interactuando directamente entre sí, dada la naturaleza no presencial del trabajo a realizar, complica un poco las cosas. Para esto, un líder de proyecto necesita tomar en cuenta diversas formas de aproximarse a cada uno de los integrantes de su equipo. Para esto, se deben tomar en cuenta algunos comportamientos y adoptar ciertos hábitos que serán de mucha ayuda, sobre todo cuando hablamos de trabajar de forma no presencial.
Comportamientos y hábitos a adoptar:
- Contacto constante con cada miembro del equipo. De preferencia periódica e individualmente, aunque un status semanal con la presencia del equipo es ideal para abordar los temas más relevantes de la semana. De esta forma se pueden analizar objetivos, logros y dificultades tomando en cuenta el punto de vista de todos como unidad de trabajo.
- Gestionar positivamente el conflicto. Diferentes puntos de vista pueden llevar al enfrentamiento entre dos o más miembros del equipo, pero también aportan nuevas ideas. Lo mejor es exponer el problema y afrontarlo directamente. Una conversación a distancia nos permite expresarnos de forma más libre y desenfadada ayudando a la disolución de conflictos.
- Crear un ambiente productivo de trabajo. No tener en frente a tus compañeros puede ser un reto al inicio, pero puede convertirse en una fortaleza. Desde la comodidad del hogar, las personas han demostrado trabajar mejor, ya que no existe la presión de la etiqueta de oficina. Permitir expresarse, plantear situaciones en las que todas las opiniones puedan ser escuchadas, y buscar siempre obtener la mayor cantidad de feedback antes de tomar alguna decisión, son las mejores formas de integrar a un equipo de trabajo.
- Rotar funciones y responsabilidades. Así, los integrantes del equipo no se aburrirán y sentirán la necesidad constante de superar los diversos retos que se les van presentando. Delega funciones, varía las responsabilidades y crea plazos razonables, ajustados al horario personalizado del equipo. Trabajar no presencialmente no significa que no se pueda organizar un horario de trabajo. Simplemente tiene que ser más flexible.
- Establecer metas claras y realistas. El objetivo debe ser claro y directo. Cada integrante del equipo tiene que entender exactamente lo mismo, para apuntar en la misma dirección. Todo lo que se busque ,debe hacerse tomando en consideración la cohesión del trabajo de cada uno de los integrantes del equipo. Todos trabajan a distancia, pero con un mismo fin. Para esto, una constante supervisión es indispensable.
Replantearse e innovar
Liderar personas a distancia es un reto que cada vez más organizaciones están adoptando. Este 2020 ha obligado a muchos a replantearse nuevas formas de trabajar y aprovechar el potencial de sus colaboradores, buscando innovadoras técnicas de planificación, organización y motivación. El trabajo no presencial es parte de la nueva normalidad, y la mejor forma de evolucionar y adaptarse a él es entendiendo que la distancia no es un obstáculo. Es una oportunidad.
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